Taquigrafía, el arte de escribir veloz

 En una de las anécdotas de la Red vecinal de narradoras y narradores orales de la zona de La Villa se mencionó la carrera comercial de Taquígrafa-Mecanógrafa que se conoce de manera popular como una técnica encabezada por mujeres. Para tener más contexto de la importancia que tuvo en el México y la documentación histórica, les compartimos el siguiente reportaje publicado en el periódico El Universal.


Taquigrafía, el arte de escribir veloz*

Por Montserrat Callejas
(Fragmento)


Cuando escuchamos la palabra taquigrafía, muchos piensan en una pequeña libreta con espiral en la parte superior, herramienta útil que usan los reporteros frente a una rueda de prensa o durante una entrevista, su formato es muy practico para realizar notas rápidas y es fácil de guardar.

Actualmente, la palabra taquigrafía además de relacionarla con ese objeto es algo que raramente se escucha en una conversación cotidiana, pero antes de la llegada de las computados y teléfonos inteligentes la taquigrafía era el método con el que se podía escribir más rápido apuntes y entrevistas sin necesidad de una grabadora de voz.

La taquigrafía es una disciplina que requiere abreviaturas, caracteres y signos, que equivalen a palabras, letras y frases, con el fin de que la escritura pueda ser tan rápida como el habla. Los sistemas de taquigrafía, se utilizan para la transcripción de discursos en tiempo real.

Para poder escribir con velocidad, los sistemas taquigráficos se valen de signos más sencillos que los de la escritura corriente, estos van desde curvas, rayas o símbolos dependiendo del sistema. Existen varios tipos de taquigrafía que, aunque cumplen un mismo objetivo sus signos son diferentes, los sistemas más conocidos son Pitman, Gregg y Teeline, entre otras.


La taquigrafía es un método de escritura que se basa en el uso de símbolos para escribir tan rápido como se habla. Este sistema se utilizó por muchos años para tomar notas de discursos y entrevistas. Fotografía tomada del artículo original del periódico El Universal, referida a un curso de taquigrafía por internet. 

La importancia de la taquigrafía en México


En México, muchos taquígrafos a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX fungían como secretarios particulares de políticos, abogados y oradores que deseaban tener un registro fiel de sus discursos e intervenciones que realizaban en sesiones rutinarias y depositaban en ellos su confianza para tomar notas y posteriormente transcribirlas a escritura normal.

El mismo Francisco I. Madero contaba con su taquígrafo personal, Elías de los Ríos quien le acompañó durante sus giras por el país registrando todos los mítines antirreeleccionistas que realizó en 1910 a manera de campaña para lanzarse como candidato a la presidencia y así dar fin al gobierno de Porfirio Díaz.

Durante el cambio de gobierno de Porfirio Díaz y hasta el golpe de estado que terminaría con la vida de Madero, Elías de los Ríos fue su taquígrafo y secretario. Existen pocas fotos de la presencia de este personaje, pero es mencionado en muchos pasajes como fiel escribano de toda la trayectoria del expresidente.

Durante sus discursos Francisco I. Madero siempre estaba acompañado de su taquígrafo y secretario personal Elías de los Ríos, quien trabajó con él hasta el final de su gobierno como presidente. En la fotografía, Elías de los Ríos es el único que no esta mirando a Francisco I. Madero ya que esta tomando nota del discurso. Foto del mismo articulo del periódico El Universal, referida al sitio web Mexicanísimo.

Este solo es un ejemplo de la presencia e importancia del taquígrafo en la historia moderna de México; una vez que los conflictos de la Revolución Mexicana llegaban a un desenlace, su relevancia volvió a resonar durante las reuniones para la creación de una nueva Constitución en 1917.

En el Diario de los debates del Congreso Constituyente se hace mención del importante papel que cumplían los taquígrafos en el Poder Legislativo, en el mismo diario se menciona “se necesita indispensablemente del auxilio de los taquígrafos para formar la historia del Congreso, recogiendo las palabras de los oradores […] sin los taquígrafos y los escribientes no podría funcionar el Poder Legislativo”.



La mujer se abrió paso a esta disciplina gracias a la educación técnica


Para principios del siglo XX, gracias al decreto expedido por el Congreso de la Unión en 1901, se amplió la enseñanza primaria superior estableciendo cursos de enseñanza técnica para carreras comerciales, de enseñanza doméstica y artes gráficas, en vista de dar herramientas para la inserción laboral de las mujeres.

Con esta nueva ley se fundaron instituciones para niñas y señoritas como la Escuela Oficial Primaria Superior con Sección de Comercio "Miguel Lerdo de Tejada", inaugurada en 1903 con la presencia del entonces presidente Porfirio Díaz, el subsecretario del Despacho de Justicia e Instrucción Pública, Justo Sierra, y otros funcionarios de gobierno.

Dentro de su matrícula además de proporcionar la educación primaria superior contaba con la opción de cursos de enseñanza comercial proporcionando habilidades para laborar en una oficina como taquigrafía, mecanografía y nociones de contabilidad con certificado oficial.

Una vez terminado el gobierno de Porfirio Díaz y con el establecimiento del nuevo gobierno mexicano que daría origen a la Secretaria de Educación Pública esta escuela dejó de ser una Escuela Primaria Comercial para dar instrucción a mujeres en teneduría de libros (actualmente conocido como contabilidad) y taquimecanografía como carrera técnica.

El proceso de reestructuración de la Secretaria de Educación Pública estableció un nuevo departamento orientado a la enseñanza técnica, industrial y comercial donde se agruparon todas las escuelas de oficios que no formaban parte de la educación básica.

Así se estableció el cambio a Escuela Comercial para señoritas “Miguel Lerdo de Tejada” y, junto con la Escuela Técnica de Mecanógrafos fueron las instituciones públicas que dieron la oportunidad de estudiar taquigrafía a nivel técnico con certificado para trabajar en todo tipo de oficinas tanto privadas como públicas.


A principios del siglo XX la institución encargada de la educación pública en el país antes conocida como "Despacho de Justicia e Instrucción Pública" decidió abrir escuelas de enseñanza técnica para la inserción laboral de las mujeres. Foto del artículo del periódico El Universal referida a la Mediateca INAH.


Hoy en día esta escuela sigue en pie, con la fundación del Instituto Politécnico Nacional la institución se incorporó a las escuelas de enseñanza media superior antes conocidas como vocacionales, ahora Centro De Estudios Tecnológicos Industrial Y De Servicios (CETIS).

No solo la Secretaría de Educación Pública vio en la taquigrafía una oportunidad de crecimiento laboral para las mujeres y para cualquiera que estuviera interesado en este sistema de escritura, también una gran cantidad de escuelas privadas ofrecían cursos de taquigrafía en ingles y español.

En estas escuelas para incentivar a sus alumnos se realizaban concursos donde se premiaba a quien escribiera más rápido y sin errores llegando a escribir hasta más de 200 palabras por minuto.

También empezaron a anunciarse en el aviso oportuno de esta casa editorial cursos por correspondencia donde aseguraban un aprendizaje integral de cualquier tipo de disciplina, entre ellas la taquigrafía.

En la primera mitad del siglo XX la presencia de la mujer en la taquigrafía se extendió significativamente y la imagen de la secretaria tomando notas con su libreta en las oficinas se popularizo junto con el uso de las máquinas de escribir por muchos años.

Las páginas de la revista "Universal Ilustrado", nos dejó reportajes con bellas imágenes que ilustraban la figura de las secretarias realizando su labor como asistentes, entre ellas se observa a las mujeres tomando notas taquigráficas. Foto: Hemeroteca El Universal. 



El auge de las secretarias con habilidades de taquigrafía y mecanografía llegó a su punto máximo entre 1930 y 1950. Durante esta época, la escritora Sarah Batiza Berkowitz escribió una novela que ilustraba el ambiente que envolvía a las mujeres que trabajaban como secretarias titulada "Nosotras las taquígrafas",  basada en sus experiencias como taquígrafa en la Secretaría de Hacienda.

La novela resultó premiada en el Certamen Cultural de los Talleres Gráficos de la Nación, en 1949 y sería adaptada al cine en 1950 con la dirección de Emilio Gómez Muriel y con la actuación de Alma Rosa Aguirre, David Silva, Lilia del Valle y Andrés Soler entre otras estrellas del cine de oro mexicano.


Nosotras las taquígrafas es una película dirigida por Emilio Gómez Muriel de 1950 que relata la vida de las secretarias que trabajan en una oficina ubicada en el centro de la Ciudad de México. Foto: Sitio web del Festival de Cine de Morelia



*Artículo obtenido de Taquigrafía, el arte de escribir veloz que se resiste a desaparecer publicado el 6 de octubre de 2023.


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